¿Guantes o Manoplas?

Pocas son las prendas a las que exigimos tanto como a los guantes: que sean aislantes, que transpiren, impermeables, protectores de impactos y, casi lo más importante, que sean calentitos.

guantes o manoplas

En estos días con temperaturas bajas es cuando de verdad valoramos el material que usamos.
No obstante, hay una realidad común a los seres vivos en estas condiciones por la lógica de la superviviencia: el calor y la circulación se concentran sobre todo en los órganos vitales, mientras los miembros extremos, como las manos y los pies, se llevan la peor parte, lógico desde el punto de vista indicado.

Protección térmica

La sensibilidad que cada persona tenemos ante el frío depende de la vasculación periférica de cada uno y, en general, es peor en mujeres, que suelen presentar una peor circulación.

Un guante no es más que una cámara de aire, cuya temperatura se eleva por el calor que irradia nuestro cuerpo generado por la actividad que estemos realizando.
Debemos desestimar la idea de que los guantes dan calor por sí mismos, somos nosotros quien debemos calentarlos mediante el calor corporal desprendido por las manos.

Hay varios factores que afectan en la sensibilidad que desarrollamos ante el frío, algunos como la circulación, la deshidratación, la inactividad, etc.

Tipos de guantes y manoplas

1. Guantes de una capa: Un guante de una sola capa tendrá siempre más sensibilidad al tacto para manipular, pero nos protegerá térmicamente menos.

 2. Guantes compactos: constan de una capa exterior con un relleno interior que aporta calidez. Existen de diversos materiales y gramajes para ofrecer una mayor o menor protección térmica. Los guantes permiten una mejor manipulación de objetos como pueden ser los bastones, mayor sensibilidad al tacto y mayor precisión que las manoplas.

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3. Manoplas: Cuanto mayor sea el volumen de aire que tengamos alrededor de nuestra mano, más aislados estaremos del exterior, por este motivo, al tener los dedos unidos, las manoplas siempre serán térmicamente más calientes que los guantes. Particularmente indicadas para personas con elevada sensibilidad al frío.

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4. Manoplas con dedos interiores: un híbrido entre los guantes (en el interior) y las manoplas (en el exterior). Tienen sus más fieles seguidores aunque, nuestro consejo: no calientan tanto como las manoplas convencionales.

5. Guantes de tres dedos: otro tipo de híbrido que aúna las prestaciones térmicas de las manoplas con la maniobrabilidad que ofrecen los guantes (y poder usar los dedos como “pinzas” para la manipulación de objetos).

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6. Guantes o manoplas calefactables: con los años este producto ha sufrido una mejora muy considerable en cuanto a la durabilidad de sus baterías y al peso de cada guante, tendiendo cada vez a guantes de menor peso y mayor durabilidad. Son la solución para todas aquellas personas que sufren mucho por el frío en las manos.

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7. Guantes interiores: en materiales sintéticos o naturales como la lana merino o la seda , los guantes interiores son una primera capa que ofrece un refuerzo extra de calor en los días más fríos.

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Materiales

El material impermeable por excelencia es el Gore-Tex®, altamente recomendable como capa final para nuestros guantes por su impermeabilidad y transpiración.

Muchas marcas fabrican guantes acabados en piel a la que aplican tratamientos hidrófugos y que requieren un poco más de cuidado como hidratarlos con grasa y dejarlos bien secos después de cada uso.

En cuanto a los materiales interiores que mantienen el calor, encontramos diversos tipos de material, que debemos seleccionar según el tipo de actividad que solemos hacer en la montaña: Primaloft®, Thermocool®, Windstopper®, Lana Merino y, los más calientes, de plumas, etc.

Gore-tex

Escoger la talla y la forma adecuada

Elegir correctamente la talla de un guante o manopla es fundamental si se pretende mantener la cámara de aire adecuada alrededor de nuestras manos y con ello sus prestaciones térmicas. Los guantes no deben quedar excesivamente ajustados, ni muy anchos, ya que, con el uso, los forros interiores tienden a comprimirse y las costuras exteriores a dilatarse algo. Es importante que el tramo de nuestros guantes penetre hasta el fondo del vértice entre el índice y el pulgar de nuestras manos para que nos dé una mayor sensibilidad.

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Mantenimiento y lavado

Para conservar guantes o manoplas en las mejores condiciones, aconsejamos: Airearlos una vez finalizada la actividad, para eliminar la posible sudoración. Si los lavamos debemos hacerlo en agua templada a 30º, con poca cantidad de jabón líquido neutro, sin suavizante y con un buen aclarado. Secar a la sombra y nunca sobre fuentes de calor muy intensas, (fuego, radiadores, etc.). Si el acabado del guante es de piel, debemos engrasarla con productos específicos, cada vez que notemos que la piel empieza a secarse.

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